miércoles, 30 de diciembre de 2015

Año nuevo

Es un  tópico; “feliz año nuevo”. Agradezco el deseo, claro. Pero creo ser honesto al apuntar que, con los años, los deseos ajenos se divorcian contra la realidad. Un año mas. Un año mas viejos. Desaparecerán personas muy próximas, por el tema de que el tiempo ni tiene modas.  Entro en éste año, como en otros, con miedo. ¿Que nueva desesperanza se oculta en ésa curva? ¿Quien que me era afectivamente imprescindible se irá para no volver?
Solo espero que nos sea leve. Lo mínimo posible. Feliz año.

sábado, 12 de diciembre de 2015

"Día de otoño" de Rainer Maria Rilke.

Señor: es hora. Largo fue el verano.
Pon tu sombra en los relojes solares,
y suelta los vientos por las llanuras.
Haz que sazonen los últimos frutos;
concédeles dos días más del sur,
úrgeles a su madurez y mete
en el vino espeso el postrer dulzor.
No hará casa el que ahora no la tiene,
el que ahora está solo lo estará siempre,
velará, leerá, escribirá largas cartas,
y deambulará por las avenidas,
inquieto como el rodar de las hojas.

viernes, 4 de diciembre de 2015

El día después de Navidad


26 de diciembre de 1986. Se acabó el jolgorio navideño. Estoy en casa. Solo. Es una casa familiar enorme donde me sobra el espacio. Es un paraíso de olvidos  de niñeces compartidas. 
Suena el timbre de casa. Aparece María con un plato hecho por ella para mi. Para mi. Para que no me sintiera solo. Me entrega el plato en mano. Nos besamos de forma discreta, nunca nos amamos. Luego ella fue a  compartir el día con sus hijos. Como toca.
María pasaba por ser la mas bella en kilómetros. De kilómetros conozco poco, pero de belleza, un  poco mas. Era muy bella.
Beatriz y Eloi eran sus hijos.  Cuando yo iba a su casa me  preguntaban por mi trabajo o mi relación con su madre. El   sustantivo amistad requiere mas explicación. Quizá andaban  buscando al padre que se largó en mal momento,  dejando la ternura encerrada en un armario enmohecido. La ternura…
Ésta historia tiene mas recorrido. Era 1977, yo tenía  20 años y todo estaba bien. Franco murió. El relativismo funcionaba.  Nos cambiábamos discos de los Beatles o de Dylan o de Creamson o... . Hasta que llegó Pep con “costo” de Marruecos. Nos superaba de 5 o 10 años, pero era el tipo mas simpático del mundo. Pep. Ahora sé porque llegó a nuestro pequeño mundo. En su momento no lo entendí. Pero como no lo entendí, o lo entendí demasiado, me fui. Ahora sé que se trata de tener mucha pasta para autodestruirse con mas clase.
A partir de la aparición de él,  se crearon los grupúsculos segregados de amigos que se iban a estaciones de trenes deshabitadas a hincharse a caballo. El caballo. Era en 1977. Pep arruinó a mis  amigos y llenó cementerios.
Yo me largué. Solo me quedan dos amigos de entonces. Pero hay diez muertos por sobredosis o, una vez rehabilitados,  los remató el Sida.
Para mi, casi diez años después, era una etapa olvidada. El tiempo no puso polvo, puso acero. Pero estoy en 1987. Entro en casa de María., yo tenia llaves, yo entraba y salía, era mi vecina, casi mi hermana. Y en el sillón de la casa de María se encarna la pesadilla. Pep ahí sentado, con cara de pollito indefenso, ni se levantó a saludarme por respeto. Sabía lo que el no quería de yo supiera, el muy hijo  de puta.  Fui demasiado educado y le dije: “¿Tu que coño haces aquí?” “ Soy el novio de María”, me escupe.
Aquel día, yo no sabia donde estaba. María o yo nos habíamos equivocado.
Hablo con María, le explico quien es. Fracasé. “Me quiere”. Me dice, fijándome a los ojos.
Luego a María le empezaron a salir llagas en los labios. “Falta de defensas” médicos, infecciones, médicos, no superó gripe….SIDA. Vía seminal .  Pep se lo saltó todo. Sin problema. Una lápida mas. Y van…ella murió sin saber quien era ni quien había sido, en una clínica de terminales cerca del mar.  Nada.
Y si, en en ése mar en el que ella y yo, después de cerrar todas las discotecas, mirábamos la salida del sol  cogidos de la mano.
Unos meses después encontré a Pep en un concierto morreando con otro hombre con el desaforo de los ebrios. No le agredí porque tenía  a  la  mejor persona de mi mundo a mi lado.
Todas las historias han de estar atadas. ¿Qué pasó con Beatriz?. Había  estado en mis faldas de niña, en casa de su madre,  Beatriz ahora era filóloga reconocida y profesora.
Se dio la casualidad  que fue vecina del edificio donde aún vivimos. Una noche se dejó la la llaves dentro de casa. No podía entrar y llamó a nuestra puerta. Fin de semana, el cerrajero le pegaría un palo… Se quedó a cenar  y a dormir. Mi otra piel se fue a dormir pronto  Beatriz me explicó que no quería vivir más, que su vida era un calvario, que  querría estar muerta. Las paredes rezumaban lágrimas.  A las cuatro de la mañana se durmió mas envuelta en lágrimas que  en sábanas. Hay noches tristes, luego las hay desoladoras.  La siguiente noticia que tuve de ella es que se llenó una mochila de piedras y se lanzó a un lago.
Ahora María y Beatriz están juntas. Y si alguien sabe de Eloi, me lo decís.